Vivir con una nariz deforme, o muy grande, o muy ganchuda, puede ser un trauma permanente, y el poder liberarse de tal carga es el sueño de millones de personas en todo el mundo, cada día. Por ello la rinoplastía, u operación de cirugía estética de la nariz, busca cambiar la forma y/o el tamaño de la nariz, para proveerla de una apariencia más estética y armoniosa con el resto del rostro. Por ello la rinoplastía es uno de los procedimientos más comunes de la cirugía plástica. En la rinoplastia, cirujanos deben dominar no solo las técnicas quirúrgicas del caso, sino que además tengan un fuerte sustento de ética, para poder asesorar debidamente a cada paciente que llega a su consultorio y ofrecerle una propuesta que sea la más adecuada y que le muestre las limitaciones de su caso, así como el margen que existe respecto al resultado ideal, de forma que la intervención quirúrgica sea el origen de una profunda satisfacción en la persona y una autoestima más elevada, que le permita integrarse de un modo más natural al contexto social.
Si bien la gran mayoría de pacientes son jóvenes, dado que es en esta etapa del desarrollo cuando los problemas de adaptación son más sensibles, los adultos también llegan preguntando de rinoplastia y los cirujanos requieren tener no sólo la capacitación médica sino hasta psicológica, para brindar un servicio óptimo en cada caso, ya que enfrentarse a un nuevo rostro es una experiencia importante a tener en cuenta.
¿Qué buscan los pacientes? La nariz no sólo es tal vez la parte que más atrae la atención de quien nos mira, ya que es el centro de nuestra cara, sino que tiene una función extremadamente importante en la respiración y toda su estructura está adaptada a ella, por dentro y fuera. Su forma permite respirar protegiendo a las fosas, el cartílago interior es flexible para permitir el adecuado control de la apertura de las fosas nasales y las veloosidades interiores filtran el ingreso de aire para retener cualquier partícula indeseada. Por su parte los huesos nasales ofrecen un soporte al puente y tejidos nasales internos, que administran y procesan el ingreso de aire y humedad. Cuando se habla rinoplastía cirujanos lo enfocan como un remodelamiento de la nariz, ya que si bien es cierto muchas veces se corrigen deficiencias estructurales que dificultan la adecuada respiración, en su mayoría las intervenciones están originadas por aspectos estéticos. Los principales defectos que se corrigen mediante rinoplastias son la punta nasal demasiado ancha o hacia abajo, una nariz con joroba (aguileña), una nariz torcida, una demasiado grande o pequeña para la cara, una nariz muy gruesa.
Tras la rinoplastía cirujanos actualmente consideran que las molestias son pocas y llevaderas con alguna medicación, como analgésicos y antiinflamatorios. En algunos casos hay una distorsión temporal de la capacidad olfativa (o sentido del olfato) y algunas personas experimentan períodos de depresión. La recuperación requiere un cierto reposo (evite actividades agitadas que incrementen su presión), resguardarse del sol así como evitar movimientos bruscos o actividades que pudieran ofrecer un peligro para la nariz, que debe estar protegida de golpes. Tampoco pueden usarse lentes (gafas) de ningún tipo salvo de contacto. Más allá, no hay indicaciones que alteren la vida normal de los pacientes.