Para muchos, hablar de Cirugia Estetica y Reconstructiva es decir lo mismo, con algunos matices, pues en muchos casos convergen en el mismo paciente, sin embargo, no toda cirugía estética es reconstructiva, y viceversa. Tomemos el caso de un paciente de quemaduras de tercer grado en el torso y cuello. La cirugía reconstructiva buscará en un primer momento remover la piel dañada y poner en su lugar injertos que le permitan mejorar, protegiendo al cuerpo de infecciones y que poco a poco vayan permitiéndole una capacidad de movimiento más normal. No buscará la belleza, pues la gravedad del daño es profunda y hay otras prioridades, pero sí tratará de mejorar, en lo posible, la funcionalidad de la piel, que está como un cuero grueso, sin elasticidad. Sin embargo, este mismo paciente pudiera, en el futuro, desear eliminar del todo las marcas que le quedan en el cuello, por ser muy visibles. Es el momento de la cirugía estética, que tratará de mejorar su apariencia, de modo que la persona no se sienta deforme y pueda reintegrarse en mejores condiciones a su vida normal. Estaremos hablando de Cirugía Estética y Reconstructiva en aquellos en que es posible trabajar ambos aspectos de forma simultánea y por un mismo profesional.
En resumen, al hablar de Cirugía Estética y Reconstructiva estamos aludiendo a la especialidad de la cirugía plástica que busca corregir deformaciones y devolver al paciente, en lo posible, la funcionalidad perdida así como una apariencia normal, y de ser posible, y agradable. Son potenciales pacientes de Cirugía Estética y Reconstructiva quienes a consecuencia de defectos congénitos, traumatismos, enfermedades o envejecimiento, desean mejorar su imagen o el funcionamiento de su cuerpo.
Son millones de personas que cada año ven su cuerpo mutilado o deformado, sea como resultado de accidentes graves, por quemaduras de tercer o cuarto grado, por enfermedades como el cáncer, o por defectos congénitos, como el labio leporino, por ejemplo. En estos casos la Cirugía Estética y Reconstructiva permite al paciente no sólo restaurar la parte del cuerpo dañada o perdida, sino hacerlo de forma que su imagen y su autoestima, principalmente, no se vea tan afectada. Es el caso del cáncer de seno, por ejemplo, donde una mastectomía radical priva a la mujer no sólo de su seno sino de los músculos adyacentes, lo que ocasiona un trauma psicológico severo. Años atrás las mujeres operadas se recluían en casa o usaban brasieres con rellenos para disimular en la calle, sin embargo en la intimidad de su alcoba la situación era ineludible. Hoy esas mujeres pueden volver a sentirse plenas y normales, gracias a la Cirugía Estética y Reconstructiva que les permite, gracias a un implante, tener nuevamente su pecho completo.
En aquellos casos en los que, por traumas diversos, se pierden órganos casi completos (párpados, orejas, labios, dedos, mandíbulas, etc.) la Cirugía Estética y Reconstructiva entra al rescate mediante el trasplante de hueso, piel, cartílago, músculo o el uso de prótesis, otorgándole a quienes pasan por esta situación traumática la esperanza de reincorporarse a la vida sin tener que llamar la atención de la gente a causa de su deformidad, y poder sentirse bien consigo mismos y con los demás.