¿Conoce Ud. a alguien que se haya sometido a una operación de cirugia estetica? Si le hubiese apostado, sería una apuesta 99% ganada. Sea alguien de nuestro entorno inmediato, familiar, laboral o social, el número de personas que acude a la consulta de los cirujanos plásticos sólo para mejorar su apariencia, es cada día mayor. De hecho la cirugía estética va ganando terreno y ha dejado de ser un beneficio exclusivo para gente de una élite socioeconómica para convertirse en una alternativa para muchos, dado que la tecnología constantemente permite una reducción de los costos mientras aumenta los beneficios para el paciente. Lo que comenzó como un lujo de en Europa o Estados Unidos, es una práctica cotidiana en todo el mundo, y Latinoamérica no se queda rezagada en la carrera por una mejor y más solicitada práctica de cirugía estética.
Para estar claro, es conveniente establecer las diferencias entre cirugía plástica y cirugía estética. La primera, es la especialidad que busca devolverle la paciente la apariencia y funcionalidad normal, la cual pudo perderse a causa de una enfermedad, un defecto congénito o un accidente. Derivada del vocablo griego “plastikos” (transformar mediante el moldeado de algo nuevo), y por el amplio campo que tiene para su accionar, la cirugía plástica se divide en dos grandes áreas: cirugía reconstructiva y cirugía estética.
La Cirugía Reconstructiva es la que reconstruye estructuras y tejido perdido por traumas diversos, en algunos casos órganos casi completos (párpados, orejas, labios, dedos, mandíbulas, etc.) mediante el transplante de hueso, piel, cartílago, músculo o prótesis. Por su parte la Cirugía Estética (o cosmética) busca mejorar la apariencia del paciente de acuerdo a sus necesidades o deseos particulares. En este caso estamos hablando de reducciones o de aumentos (de pecho, de nariz, de medidas, de grasa, de pómulos, de mentón, de glúteos, de pantorillas, etc.) o de simplemente brindarle una nueva forma a ciertas partes del cuerpo que no resultan satisfactorias al paciente. En este campo se ubican operaciones como las de abdominoplastia, blefaroplastia, dermolipectomía, mamoplastia, mastopexia, rinoplastia, lipoescultura, mentoolastía, etc. Esta búsqueda de la belleza o la armonía puede proceder de necesidades sociales, laborales o simplemente personales.
La Cirugía Estética es una especialidad médica que le brinda a las personas la oportunidad de recuperar la juventud perdida o mejorar su imagen con un físico más estético y armonioso. Sin embargo, no siempre es sencillo diferenciar cuándo una operación es de Cirugía Estética o reconstructiva, pues en muchos casos la primera trabaja para reparar efectos de traumas o enfermedades, buscando la restitución de la belleza original, o de acercarse a ella tanto como sea posible.
Si bien en el ciberespacio circulan muchos casos de operaciones de Cirugía Estética con resultados nefastos, son una pequeñísima minoría, ya que el porcentaje de operaciones exitosas es totalmente positivo. Si bien no se cuenta con estadísticas oficiales, son decenas de miles las operaciones de Cirugía Estética que se realizan anualmente en la mayoría de países latinoamericanos, mientras que en los Estados Unidos y países europeos, la cifra debe multiplicarse por diez. De otro lado es importante destacar que en su mayor parte las operaciones que son materia de escándalo han sido realizadas por médicos sin la especialización, la experiencia o las condiciones requeridas, es decir, por personas inescrupulosas que se aprovechan de las necesidades de personas que no se informan lo suficiente de a quienes encargan su cuerpo y su salud y buscan sólo un cirujano al menor precio. Y como decían nuestras abuelas… a veces lo barato sale caro.
Si se interesa en brindarle el beneficio de una forma más bella, a su cuerpo y a su vida, elija un cirujano de prestigio, verifique sus credenciales, infórmese al detalle de los procedimientos y sus exigencias, y cumpla todas las indicaciones de su médico, antes, durante y después de la operación, para que sus resultados sean los de millones más: una verdadera satisfacción.