La especialidad de Cirugía Plástica Estética ofrece una gama muy amplia de procedimientos para otorgar una mayor belleza a la persona, corrigiendo defectos o deformidades, o mejorando ciertas características propias. Posiblemente cada persona se identificará con un tema en especial de acuerdo a lo que sería su necesidad particular, sin embargo, una de las operaciones más populares y frecuentes es la cirugia estetica de nariz, o rinoplastia. ¿Por qué? Bueno, es conocido que nadie está contento con lo que tiene, y si bien todos los rasgos faciales son importantes para lograr integrar un rostro armonioso, la nariz es el centro visual, y hay una tendencia social o destacar este órgano. Desde que un bebé nace ya está la familia comentando que si la naricita se parece al abuelo o a la mamá. Y cuando el joven va creciendo con una nariz un poco prominente, difícilmente se salve de ser apodado “narizón” (o “ñato”, si le aplican el antónimo para mayor burla). Es una realidad, nadie se fija mucho en sus pómulos, los labios, la frente o las sienes, pero la nariz es llamativa. Y en el otro extremo están quienes no tienen una fea nariz pero podrían mejorar mucho teniéndola más pequeña o fina, y la cirugía estética de nariz es la solución. Por eso cirugía estética de nariz representa el 30% de las operaciones de cirugía plástica estética a nivel mundial.
Hoy en día la cirugía estética de nariz ofrece un nivel de versatilidad y seguridad que años atrás era casi impensable. Esta es una intervención quirúrgica que conlleva muy un riesgo mínimo, se realiza con anestesia local o general, dependiendo de la complicación de la intervención y con un postoperatorio muy corto y sin molestias mayores.
Existen dos modalidades de intervención en la cirugía estética de nariz: La operación abierta o la cerrada. La primera se realiza mediante una incisión en la columela (membrana entre los orificios nasales) y ofrece al cirujano un panorama limpio para operar. La segunda, si bien tiene menor sangrado y no deja marca alguna, es un procedimiento que interviene desde dentro de la nariz. Luego de la cirugía estética, la nariz es protegida con un yeso (o férula) por siete o diez días. Por lo demás la recuperación es rápida, siempre en relación al tipo de operación elegido y las condiciones particulares del paciente. Deberá descansar en una sala de recuperación por un par de horas, y si no hay complicaciones retorna a su casa el mismo día de la intervención. Entre tres a cinco días después, si observó el descanso respectivo, se puede regresar al trabajo, con la precaución de evitar movimientos violentos, cargar peso, etc. ¿Dolor? Probablemente sentirá un poco, pero normalmente se maneja con analgésicos. ¿Qué más puede esperar en los primeros días? Una hinchazón de la zona operada, que es muy normal, insensibilidad o pérdida temporal del sentido del olfato, y tal vez pequeños hematomas que irán desapareciendo de forma rápida.
En unas semanas apreciará los primeros resultados de su cirugía estética. Su nariz, sin embargo, posiblemente no sea la que esperaba. De hecho la falta de información muchas veces genera un trauma innecesario, ya que esto es normal. Con las semanas se podrá apreciar poco a poco el resultado final, una vez que las cicatrizaciones de tejidos internos culminen su proceso y desaparezca del todo la inflamación. A los seis meses ya podrá ver su nuevo rostro y con seguridad al año el resultado será el definitivo.