Como otros campos del quehacer y el saber humano, la Medicina es una ciencia sumamente amplia que desarrolla sus conocimientos a través de áreas más específicas. Dentro de ellas se encuentra la Cirugía Plástica, especialidad que tiene como subdivisiones a la Cirugía Estética y a la Cirugía Reconstructiva (o reparadora), aunque en algunos países la especialidad es una sola y se denomina Cirugia Plastica, Estetica y Reparadora (o Reconstructiva).
Muchas veces es conveniente hablar de Cirugía Plástica y Estética pues si analizamos las especialidades mencionadas líneas arriba de manera independiente, se puede afirmar que la llamada Cirugía Reparadora (como subdivisión de la cirugía plástica) se orienta a trabajar sobre estructuras anormales del cuerpo cuyo origen es consecuencia de problemas congénitos, del crecimiento, traumatismos, infecciones, tumores o enfermedades, y la misión es lograr mejorar la función o el aspecto físico. Por su lado la cirugía estética tiene como fin mejorar las estructuras del cuerpo (normales o anormales) con intención de aumentar o mejorar la fisionomía del paciente, con la consecuente mejora en su autoestima y salud mental en general. Visto así parece muy claro, sin embargo, los límites entre una y otra especialidad no siempre están definidos con claridad y en muchos casos es difícil establecer el límite entre un procedimiento reconstructivo o plástico y uno estético.
Pongamos el caso de una persona quemada en la cara, que gracias a la cirugía reconstructiva ya sanó aunque ha quedado con una cicatriz visible. La cirugía estética es la llamada a eliminar la cicatriz de su rostro, pues aunque tal vez no le impide moverse sí tiene al paciente sumido en depresión y sin poder reintegrare a una vida normal y plena. Pero puede darse el caso de que el cirujano plástico, en ambos casos, es el mismo. Esto es así porque la Cirugía Plástica y Estética puede combinarse en un mismo profesional, y en otros casos, pueden no serlo, ya que los especialistas pueden elegir especializarse sólo en operaciones de tipo estético o en la de tipo reconstructivo, como una opción de su ejercicio profesional.
Ahora bien, en el campo de la Cirugía Plástica y Estética, muchas personas consideran que la última especialidad, la Cirugía Estética, es menos trascendente que la Reconstructiva, porque se orienta a satisfacer la vanidad y los caprichos de las personas y porque no devuelve la “salud” a un paciente, puesto que no atiende personas “enfermas”. Éste, sin embargo, es un punto discutible, pues está orientando el tema de la salud únicamente al aspecto físico o funcional, desconociendo que la salud mental es igualmente importante. Muchas personas con salud física perfecta pueden sufrir severos trastornos y llegar al suicidio sólo por sentirse ausentes de afecto o despreciados por los demás.
Y cabe la pregunta por su propio peso: ¿Por qué nos resulta natural y comprensible el deseo de una persona por lucir un rostro sin una cicatriz notoria, que le genera un estado de depresión, y sin embargo censuramos y consideramos “vanidosa” a una madre de cinco que desea recuperar la apariencia de sus senos o su vientre, maltratados por los embarazos, y que le produce una terrible mortificación cuando se encuentra en la intimidad y se deprime por ello?
Por ello, la Cirugía Plástica y Estética es considerada una especialidad sumamente valiosa y sus estudios de especialización cada día son más profundos y complejos, buscando no sólo mejorar los procedimientos, sino trabajar con el paciente de modo que se pueda lograr restablecer en él una autoestima que lo prepare para una vida plena y satisfactoria.